Mis Quince Años.. (Diario)

Era 4 de septiembre de 2010 a las 2:00 p.m. cuando me dirigí a la peluquería para que me arreglaran las uñas, me peinaran y me maquillaran. Prácticamente salí de allí lista solo faltaba cambiarme.

A las 7:30 p.m. llegué al Club del Comercio, y vi que estaba muy bonito, realmente había quedado como yo quería, las mesas y las flores eran rosadas y habían mariposas grandes como las pedí. El piso estaba brillante y se respiraba un fresco aroma en todo el salón. Salí de allí y me fui a un cuarto a cambiarme y a terminarme de arreglar. Luego a las 10:00 p.m. cuando la mayoría de gente había llegado, salí del cuarto en el que me encontraba.

Todas las personas allí presentes comenzaron a aplaudirme y como canción de fondo sonó el Titanic con unas palabras que yo había grabado dando agradecimientos a ellos por acompañarme y a Dios por permitirme vivir el momento. En ese instante yo estaba parada en la puerta de entrada al salón de eventos.

En compañía de Nicol uno de mis chambelanes entré y me senté en el columpio. Mi papá me cambió unas sandalias bajitas que yo llevaba por las zapatillas y comencé a bailar "Tiempo de Vals" con él, luego bailé con mis hermanos, mis tíos y algunos primos; al final quede con mis dos chambelanes y comencé a bailar "El vals de la mariposas". Cuando se terminó la canción se apagaron las luces y por medio de un video beam pasaron unas fotos mías de pequeña, luego grande, con mi familia, con mis amigos y por último pusieron las de mi estudio. Durante este tiempo yo me puse un vestido más cómodo que el que tenía.

Prendieron las luces y yo bailé un paso doble, un tango y por último, para abrir la pista, un merengue. Luego de bailar me fui a tomarme las fotos con todos los allí presentes, mesa por mesa. Después inesperadamente me dieron una serenata con mariachi. Cuando terminé de tomarme las fotos me fui a bailar con todos mis amigos hasta la hora de la comida.

Posteriormente hubo un descanso de 15 minutos y luego repartí los accesorios para la hora loca y comenzó. En este momento todas las mesas quedaron vacías y toda mi familia y amigos se fueron a bailar. Brinqué, salté, grité y me reí, en fin, disfruté mucho.

Mi fiesta salió como quería, sin ningún contratiempo y en compañía de todas las personas que me quieren y que yo invité.